Utilizando nanotubos de carbón, científico de la Universidad de Texas
hace que una superficie se vuelva invisible por unos instantes; una vez
perfeccionada, su primera aplicación sería como tecnología de guerra.
La invisibilidad ha sido uno de los deseos más constantes no solo en la
historia secreta de las fantasías colectivas, sino quizá también en la historia
personal: ¿quién, siendo niño, no quiso alguna vez ser invisible —sin importar
con qué propósitos?
Y quizá esto podría alcanzarse ahora por la vía de la ciencia, en
particular la investigación física y la nanotecnología. Utilizando nanotubos de
carbón, Ali Aliev, investigador de la Universidad de Texas, consiguió volver
invisible una superficie sólida, como si repentinamente cayera sobre esta una
de esas míticas prendas presentes en el folclor universal que ocultaban a quien
la llevaba puesta.
“Realmente podemos ocultar objetos. Podemos cambiarlo por un momento y
hacerlo desaparecer”, declaró Aliev, agregando que esta “capa de invisibilidad”
funciona a partir del fenómeno conocido como “efecto espejismo”, el mismo que
se advierte en lugares de altas temperaturas, como los desiertos, donde el calor
genera los famosos espejismos.
Sin embargo, con todo lo que esta tecnología pueda tener de
sorprendente, es un poco triste saber que el primer uso que se le planea dar
cuando se perfeccione y pueda ocultar objetos de mayor tamaño, será cubrir
tanques de guerra con este material para que resulten invisibles para misiles
termo-dirigidos.