Cuando se termina la vida útil de una llanta, por lo general su destino es un tiradero de basura, o cuando mucho pasar a ser parte de la suela de algún huarache (zapato típico mexicano).
Pero en Estados unidos un escultor llamado Timothy McMillan le ha dado un asombroso uso a los cauchos viejos de los autos: bellas esculturas que han comenzado a adornar las calles y plazas de algunas ciudades de ese país del norte.
Aquí tienen las asombrosas ESCULTURAS DE LLANTAS VIEJAS.