La Policía de Wyoming, EE UU, no dio demasiada importancia al aviso de una vecina de que tenía un “gato grande” molestándole mucho en su casa. Pero cuando un oficial llegó al domicilio, lo que allí se encontró fue a un león de más de noventa kilos de peso.La mujer había llamado al servicio de emergencias al ver a un “gato grande” merodeando por su porche. Al policía encargado de acudir a la casa le dijeron que se trataba de un gato. No sospecharon que fuera otra cosa, porque la mujer no estaba asustada.
El león tuvo que ser dormido con un sedante inyectado y trasladado a un lugar más propio. Y la mujer, una vez que el "gato" fue retirado, continuó tranquilamente horneando una torta, y dando sorbos a una taza de café que había hecho mientras los policías atrapaban al intruso.
ESO SÍ QUE ES SANGRE FRÍA!!!!!!
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